Bicicletas aparcadas frente a la estacion principal de Heidelberg |
No se ven tantas bicicletas ni en el Tour de Francia... |
Uno
de los primeros problemas de intendencia que he tenido que resolver es el
asunto del transporte. El primer día decidí darme un buen paseo, levantándome
pronto para ir sobrado de tiempo. El apartamento está en Dossenheim, el primer
pueblo según se sale de Heidelberg hacia el norte. Está muy muy cerca, apenas a
un par de kilómetros de la ciudad. Una vez entras en Heidelberg, casi lo
primero que te encuentras, en línea recta, es la zona universitaria nueva, así
que llegué enseguida. No tiene pérdida.
También he probado varias veces el
tranvía. Tengo la parada en la misma puerta de casa, y me deja justo en la
puerta del instituto. Lo único malo es que, a partir de determinada hora por la
tarde, tardan mucho en pasar, pues hay poca frecuencia (estuve esperando casi
media hora o quizá más...). Otro problema es que uno va a sacar un billete y,
sencillamente, no sabe cuál sacar. Te piden que elijas la tarifa, pero no hay
indicación alguna que te diga cuál es la tarifa que te corresponde. Incluso lo
pregunté en la oficina de turismo, y me remitían a la oficina de los tranvías.
No hay ningún mapa que delimite las zonas ni nada... así que es un lío. Por
tanto, cogí la más económica posible y me dispuse a poner cara de extranjero
despistado, aunque me temo que no les vale, porque el tren está lleno de
carteles en todos los idiomas (por lo menos en 7, y entre ellos uno en un
correcto español, el único que he visto en toda la ciudad) donde advierten que
lo de hacerse el extranjero despistado no vale...
Como además es bastante caro (el
billete más barato vale 1'50, y son muy pocas estaciones), y no me apetece
sacarme una especie de abono que hay, resolví que lo mejor era la bicicleta,
que sale gratis. En mis paseos iniciales estuve observando el sistema de las
bicicletas. Hay más que coches, sin exagerar, y son respetadas hasta el punto
de que hacen casi lo que quieren y ningún coche protesta. Es realmente seguro y
muy práctico. De nuevo, hay carril bici desde la puerta de casa hasta la del
centro, y en realidad se puede ir a cualquier parte sin peligro alguno. Y todo
el mundo lo hace. Es rápido, no hay casi cuestas, práctico, y encima gratis.
Definitivamente se impone la bicicleta.
Localice la bici del dueno del apartamento. Me dijo que podia utilizarla. Solo tiene un freno. Tampoco tiene luces, pero es mas que suficiente. El
caso es que como aquí todo está cerca, hay una gasolinera a unos metros de la
puerta del apartamento (lo otro que está a cuatro pasos es el supermercado).
Cogí la bici y allá que me fui a ver si la inflaba. La cosa es que como hace
mucho tiempo que no monto, no me acordaba bien del sistema, y en mi primer
intento hice un ridículo espantoso, sin ser capaz de inflarla (desarmé la
válvula y claro, se inflaba enseguida, pero luego al quitar el manguito del
aire se desinflaba). Luego le ponía la válvula, pero no se hinchaba... debí
colocarla mal. Me volví con ella peor de lo que salí... Pero a grandes males,
grandes remedios. Una ojeada a Google, y me hice un experto en válvulas de
bici. Reconocí la mía y vi cómo funcionaba el mecanismo. Al siguiente intento
la inflé sin problemas. (NO VALE REIRSE)
Tocaba ahora probarla. Estuve haciendo
pruebas con el freno que queda en uso, y vi que era suficiente para no pegarme
una leche. Lo siguiente fue probar a dar una vuelta. Por aquí hay mucho sitio
sin peligro, así que me fui a dar un garbeo tranquilo. Como lo de montar en
bici no se olvida, enseguida le cogí el tranquillo. Esta bici es como la de
Javi, con la maldita barra esa que no sé por qué leches la ponen tan arriba.
Estuve observando cómo lo hacía la gente (como pasan muchas bicis es fácil), y
vi que el truco consiste en bajarse del sillín un poco antes de frenar del todo
para parar. Estuve practicando y me hice con el asunto.
Saliendo del apartamento en dirección
al siguiente pueblo hacia el norte, hay unos caminos preciosos, de lo más
bucólicos, solo para bicis y apartados de la carretera. Pasas entre los campos
cultivados, donde los pobres alemanes se afanan en que les crezca algo (sujetan
las matas de plantuchas con cuerdas para que no se les caigan y tengan donde
apoyarse para crecer...! lamentable). Fuera de bromas, la verdad es que esta bastante bien para el clima que deben de tener aqui. Por lo visto son famosos los vinos del Rihn y cercanias (yo no lo sabia). Es una campiña muy bonita a la izquierda,
con plantaciones variadas y casitas de labor aquí y allá, todo muy plano, muy
ordenado. En la parte de la derecha quedan los montes llenos de árboles, a lo
lejos. Descubrí que al llegar al siguiente pueblo hay unas ruinas de otro
pequeño castillo en la subida a uno de los montes. Habrá que ir a verlo. Es un
paseo muy bonito, y al ir con la bicicleta dándote el aire fresco en la cara
uno se anima mucho. Muy bucólico todo. Eso sí, a lo lejos se ve alguna que otra
torre de alguna industria.
Al día siguiente, fui al laboratorio
en bici, con la maleta donde llevo los papeles y lo demás colocada de paquete,
sin problema ninguno. Encima llegué con tiempo de sobra. La bici tiene un
candado de pega que no funciona, pero disimula, así que nadie la ha tocado por
el momento (no es la más bonita, así que no creo que interese con todas las que
hay). Eso sí, me han dicho que las roban y mucho, así que esto no es el paraíso
del civismo ¿eh?!!.
Tampoco es verdad lo de que cruzan los
pasos de peatones como autómatas. Hacen como en España. Cruzan por donde les da
la gana y se saltan los semáforos y todo. Solamente los coches respetan todo
escrupulosamente cuando hay bicis o gente de por medio, y no pitan nunca. Sólo
he visto pitar una vez, a uno que hizo una pirula con el coche. La única que he
visto. Peatones y ciclistas es distinto. La calle es suya. Si pueden, siguen
las normas, pero si se puede uno saltar la norma sin peligro, se la saltan
alegremente. Tal cual.
Por tanto, en cuanto a la bici, prueba
superada. Disfruto imaginando la de dinero que me voy a ahorrar en absurdos
tranvías, habiendo un sistema rápido, práctico (no hay problema de
aparcamiento) y gratuíto, ¡y además haces ejercicio!.
En las fotografias podeis ver dos imagenes de la explanada frente a la estacion de tren de Heidelberg. Alucinante la cantidad de bicicletas que hay... En mi vida habia visto tantas juntas.
Por favor, haz una foto a donde dice "no vale lo de hacerse el extranjero despistado".
ResponderEliminarHola,Mano: Muy bonito todo lo que cuentas. Lo que no me cuadra tanto es lo del cruce en los semáforos, se ve que en el estado de Baviera los respetan más.
ResponderEliminarEn Serranillos lo pasamos muy bien y nos acordamos mucho de ti, sobre todo el día que en la habitación de Inma entraron tres murciélagos, no veas el grito que dió, menos mal que se fueron pronto pero Inma ya no quiso dormir alli.
Bueno, Mano, escribe más y cuéntanos más cosas de por esos lares, asi viajaremos virtualmente.
Un abrazo desde Valencia