sábado, 4 de agosto de 2012

La bicicleta (das Fahrrad).

Bicicletas aparcadas frente a la estacion principal de Heidelberg
No se ven tantas bicicletas ni en el Tour de Francia...

Uno de los primeros problemas de intendencia que he tenido que resolver es el asunto del transporte. El primer día decidí darme un buen paseo, levantándome pronto para ir sobrado de tiempo. El apartamento está en Dossenheim, el primer pueblo según se sale de Heidelberg hacia el norte. Está muy muy cerca, apenas a un par de kilómetros de la ciudad. Una vez entras en Heidelberg, casi lo primero que te encuentras, en línea recta, es la zona universitaria nueva, así que llegué enseguida. No tiene pérdida.

          También he probado varias veces el tranvía. Tengo la parada en la misma puerta de casa, y me deja justo en la puerta del instituto. Lo único malo es que, a partir de determinada hora por la tarde, tardan mucho en pasar, pues hay poca frecuencia (estuve esperando casi media hora o quizá más...). Otro problema es que uno va a sacar un billete y, sencillamente, no sabe cuál sacar. Te piden que elijas la tarifa, pero no hay indicación alguna que te diga cuál es la tarifa que te corresponde. Incluso lo pregunté en la oficina de turismo, y me remitían a la oficina de los tranvías. No hay ningún mapa que delimite las zonas ni nada... así que es un lío. Por tanto, cogí la más económica posible y me dispuse a poner cara de extranjero despistado, aunque me temo que no les vale, porque el tren está lleno de carteles en todos los idiomas (por lo menos en 7, y entre ellos uno en un correcto español, el único que he visto en toda la ciudad) donde advierten que lo de hacerse el extranjero despistado no vale...

          Como además es bastante caro (el billete más barato vale 1'50, y son muy pocas estaciones), y no me apetece sacarme una especie de abono que hay, resolví que lo mejor era la bicicleta, que sale gratis. En mis paseos iniciales estuve observando el sistema de las bicicletas. Hay más que coches, sin exagerar, y son respetadas hasta el punto de que hacen casi lo que quieren y ningún coche protesta. Es realmente seguro y muy práctico. De nuevo, hay carril bici desde la puerta de casa hasta la del centro, y en realidad se puede ir a cualquier parte sin peligro alguno. Y todo el mundo lo hace. Es rápido, no hay casi cuestas, práctico, y encima gratis. Definitivamente se impone la bicicleta.

     Localice la bici del dueno del apartamento. Me dijo que podia utilizarla. Solo tiene un freno. Tampoco tiene luces, pero es mas que suficiente. El caso es que como aquí todo está cerca, hay una gasolinera a unos metros de la puerta del apartamento (lo otro que está a cuatro pasos es el supermercado). Cogí la bici y allá que me fui a ver si la inflaba. La cosa es que como hace mucho tiempo que no monto, no me acordaba bien del sistema, y en mi primer intento hice un ridículo espantoso, sin ser capaz de inflarla (desarmé la válvula y claro, se inflaba enseguida, pero luego al quitar el manguito del aire se desinflaba). Luego le ponía la válvula, pero no se hinchaba... debí colocarla mal. Me volví con ella peor de lo que salí... Pero a grandes males, grandes remedios. Una ojeada a Google, y me hice un experto en válvulas de bici. Reconocí la mía y vi cómo funcionaba el mecanismo. Al siguiente intento la inflé sin problemas. (NO VALE REIRSE)

          Tocaba ahora probarla. Estuve haciendo pruebas con el freno que queda en uso, y vi que era suficiente para no pegarme una leche. Lo siguiente fue probar a dar una vuelta. Por aquí hay mucho sitio sin peligro, así que me fui a dar un garbeo tranquilo. Como lo de montar en bici no se olvida, enseguida le cogí el tranquillo. Esta bici es como la de Javi, con la maldita barra esa que no sé por qué leches la ponen tan arriba. Estuve observando cómo lo hacía la gente (como pasan muchas bicis es fácil), y vi que el truco consiste en bajarse del sillín un poco antes de frenar del todo para parar. Estuve practicando y me hice con el asunto.

          Saliendo del apartamento en dirección al siguiente pueblo hacia el norte, hay unos caminos preciosos, de lo más bucólicos, solo para bicis y apartados de la carretera. Pasas entre los campos cultivados, donde los pobres alemanes se afanan en que les crezca algo (sujetan las matas de plantuchas con cuerdas para que no se les caigan y tengan donde apoyarse para crecer...! lamentable). Fuera de bromas, la verdad es que esta bastante bien para el clima que deben de tener aqui. Por lo visto son famosos los vinos del Rihn y cercanias (yo no lo sabia).  Es una campiña muy bonita a la izquierda, con plantaciones variadas y casitas de labor aquí y allá, todo muy plano, muy ordenado. En la parte de la derecha quedan los montes llenos de árboles, a lo lejos. Descubrí que al llegar al siguiente pueblo hay unas ruinas de otro pequeño castillo en la subida a uno de los montes. Habrá que ir a verlo. Es un paseo muy bonito, y al ir con la bicicleta dándote el aire fresco en la cara uno se anima mucho. Muy bucólico todo. Eso sí, a lo lejos se ve alguna que otra torre de alguna industria.

          Al día siguiente, fui al laboratorio en bici, con la maleta donde llevo los papeles y lo demás colocada de paquete, sin problema ninguno. Encima llegué con tiempo de sobra. La bici tiene un candado de pega que no funciona, pero disimula, así que nadie la ha tocado por el momento (no es la más bonita, así que no creo que interese con todas las que hay). Eso sí, me han dicho que las roban y mucho, así que esto no es el paraíso del civismo ¿eh?!!.

          Tampoco es verdad lo de que cruzan los pasos de peatones como autómatas. Hacen como en España. Cruzan por donde les da la gana y se saltan los semáforos y todo. Solamente los coches respetan todo escrupulosamente cuando hay bicis o gente de por medio, y no pitan nunca. Sólo he visto pitar una vez, a uno que hizo una pirula con el coche. La única que he visto. Peatones y ciclistas es distinto. La calle es suya. Si pueden, siguen las normas, pero si se puede uno saltar la norma sin peligro, se la saltan alegremente. Tal cual.

          Por tanto, en cuanto a la bici, prueba superada. Disfruto imaginando la de dinero que me voy a ahorrar en absurdos tranvías, habiendo un sistema rápido, práctico (no hay problema de aparcamiento) y gratuíto, ¡y además haces ejercicio!.

En las fotografias podeis ver dos imagenes de la explanada frente a la estacion de tren de Heidelberg. Alucinante la cantidad de bicicletas que hay... En mi vida habia visto tantas juntas.

2 comentarios:

  1. Por favor, haz una foto a donde dice "no vale lo de hacerse el extranjero despistado".

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  2. Hola,Mano: Muy bonito todo lo que cuentas. Lo que no me cuadra tanto es lo del cruce en los semáforos, se ve que en el estado de Baviera los respetan más.
    En Serranillos lo pasamos muy bien y nos acordamos mucho de ti, sobre todo el día que en la habitación de Inma entraron tres murciélagos, no veas el grito que dió, menos mal que se fueron pronto pero Inma ya no quiso dormir alli.
    Bueno, Mano, escribe más y cuéntanos más cosas de por esos lares, asi viajaremos virtualmente.
    Un abrazo desde Valencia

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